domingo, 9 de diciembre de 2012

Lo poco que quedaba, se fue

Empiezo la semana con la intención de empezar la base en serio, aunque a los pocos días me doy cuenta que   esta temporada no voy a poder ser tan metódico como la pasada. La carga laboral ha aumentado y no puedo disponer de tanto tiempo. Así que cambio de planes. Los días laborables intentaré ajustarme al programa todo lo que el tiempo me permita y los fines de semana salida con el grupo. No será lo más adecuado teniendo en cuenta el ritmo pero me arriesgaré.
El lunes quedé con Joaquín. Salida clásica por huertos y autovía aunque está vez a alta cadencia y frecuencia cardíaca entre los límites marcados. El martes,  las obligaciones hacen que deba cancelar el entreno con Joaquín. Miércoles también en blanco. El jueves he quedado con Sergio. Últimamente no nos vemos mucho. Al levantarme puedo comprobar que lo que la noche anterior parecía una simple molestia en el cuello, ha pasado a ser una contractura en toda regla. Voy sobre la bici como un palo. A medida que pasamos los kilómetros el dolor mejora. Nos dirigimos a Sitges por las costas, la idea es realizar el bucle por el casino y regresar a casa.Vamos a ritmo tranquilo excepto el paso de costas hacia Sitges que coincidiendo con otra grupeta forzamos un poco más. Aquí ya me doy cuenta que aquella explosividad que tuve me abandonó. Aún así, consigo llegar en cabeza, seguido por un único compañero. La noche del jueves la contractura se hace más fuerte y me obliga a quedarme en casa viernes y  sábado.
El domingo descarto salir con la Ratas, aún tengo molestias y no quiero forzar. Silvia, Sergio y Paco iban a salir a las 8:30 y decido unirme a ellos a las 9 en la terminal. Al salir, la mañana es fría. Me dirijo con tranquilidad hacía el punto de encuentro. Mientras ruedo por la terminal me cruzo con la grupeta de Hospisport a los que no puedo saludar por coincidir en extremos opuestos de una glorieta. Creo que ellos ni se han percatado de mi presencia. Poco más tarde pasa la grupeta del Poble Sec con la que salimos la semana pasada. En su persecución llegan los Pocisport. Prácticamente no nos decimos ni hola, Paco tiene intención de cazar al grupo y nos lleva a "pijo sacado". Rápidamente llegamos a la cola y nos mantenemos ahí hasta pie de costas.




Empezamos Costas a ritmo tranquilo, lo que hace que Paco tome a cabeza del grupo. Si no ha aprendido ya me parece que no lo conseguiremos. El ritmo va creciendo y poco a poco aparece un nerviosismo en el grupo. Si tenemos en cuenta que éste está formado por unas 40 unidades, la cosa se pone fea. Nos mantenemos entre las primeras unidades y a pesar de eso se nota la tensión. Parece una lucha por mantener la rueda. Llegando a Maladona cambio de ritmo en cabeza, intento salir pero las piernas no son las que eran así que desisto y corono con la cabeza principal del grupo a unos metros de los escapados. Éstos en lugar de bajar el ritmo intentan aumentar la distancia. He de hacer un gran esfuerzo para conseguir contactar. De aquí hasta Sitges todo son ataques y más ataques. El grupo es mucho más reducido y ni Sergio ni yo tenemos problemas para mantenernos en el aguantando los repetidos ataques. En la parte final se lanza el Sprint yo intento salir pero no puedo, Sergio más explosivo sale a rueda y llega tercero. Se ha formado una pareja en cabeza, a unos 15 metros Sergio y otro ciclista y 20 metros más atrás la vanguardia del grupo, eso sí muy reducida.


En Sitges reagrupamos con Silvia y Paco y proseguimos ruta. En principio íbamos a repetir el bucle por el casino, pero viendo que iba bien de tiempo nos dirigimos hacia Sant Pere Molanta donde tomamos un café caliente.
Después del breve descanso nos dirigimos a Avinyonet. Continuos relevos con Sergio que hacen pasar los kilómetros rápidamente. Aquí Silvia empieza a notar molestias en la espalda que la obligan a bajar el ritmo. En el tramo de Avinyonet a Begues nuevo encuentro. Los compañeros del C.C.Rat Penat vuelven de su ruta y nos pasan a un ritmo alegre. Después de unas dudas Sergio y yo nos enganchamos al grupo e incluso compartimos algún relevo. Que bien se rueda con ellos, independientemente de quien tire el ritmo es siempre constante, exigente pero soportable.



Casi sin darnos cuenta hemos llegado al inicio de la bajada del puerto. Nos despedimos y esperamos a Paco y Silvia que llegan al poco tiempo. Iniciamos la bajada y vuelta a casa.
Han salido unos 90 kilómetros, no está mal. Me ha hecho ilusión volver a rodar con los compañeros de club después de unos meses. A partir de ahora este será el plan de los domingos y creo que más de uno Sergio se apuntará.

Nos vemos.

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