lunes, 3 de octubre de 2011

Semana de Resaca

Después de la Selenika, tocaba descansar. Así que, el lunes, lo dedicamos a ese menester. El martes regreso a la actividad con una hora y cuarto de rodillo. Esta sería la única actividad ciclística que he podido practicar de lunes a viernes. El frío que pasamos esperando la salida el domingo, se cobró su fruto y el ligero picor de garganta que empezaba el lunes se convirtió en un fuerte resfriado unos días después. Muy a mi pesar, tocaba parar, en esas condiciones cualquier ejercicio era contraproducente.
Así llegamos al sábado, tocaba salida con las ratas y yo parecía un caracol. Después de muchas dudas, decido salir con la intención de quedarme en el último vagón. Para mi sorpresa, me quedo, pero voy mejor de lo que me esperaba. No puedo seguir al grupo de los mejores, pero voy por delante del grupo que me había acompañado los domingos anteriores. Eso sí, acabo la jornada muy cansado.



El domingo había quedado con los compañeros de Hospisport y con Sergio que ya se unía al grupo. Después de la paliza del día anterior y teniendo en cuenta mi estado mocoso, no tenía muy claro si salir. Después del atronador sonido del despertado, me pongo en pie. Tiempo suficiente para desayunar e ir al punto de encuentro en Sant Boi. Me levanto y empiezan las dudas. No voy, mando SMS, Voy, No voy, Voy así más de veinte minutos. Al final, de perdido al rio me visto y a la carretera. Eso sí, tantas dudas no me han dejado tiempo para desayunar y salgo en ayunas. Esto, más el resfriado que me había impedido cenar en condiciones el día anterior son el caldo de cultivo perfecto para llevarme un buen repaso.
Llego el primero al punto de encuentro y me toca esperar. Un cuarto de hora que provoca que vuelvan las dudas. La cabeza lo tiene claro, vuelve para casa, dónde vas , estás hecho un trapo. Pero las ganas impiden que me rinda.
Llegan los compañeros y rápido saludo en Marcha. El ritmo es muy tranquilo, incluso nos permitimos unirnos al gran pelotón de los compañeros de Sant Feliu. Seguimos así hasta Martorell.









Desde Martorell a Olesa cambia la Actitud. Grimpeur enciende la mecha y empiezan los ataques. En principio me sorprendo a pesar no tener muy buen cuerpo, hasta Sergio me comenta la mala cara que hago, respondo con cierta facilidad. Sergio Yerno, muy fácil también acelera el ritmo. Cazamos y vuelven a cola de grupo. Grimpeur, fiel al su estilo, vuelve a intentarlo. Y se repite la historia. Una de las veces Grimpeur es secundado por Flandrien, El Yerno vuelve a la caza recortando rápidamente la distancia, como en las veces anteriores. Lleva el peso del grupo a sus espaldas. Yo viendo mi estado decido mantenerme a la expectativa, pero le comento al Yerno que no enlace. Que deje que que se vayan tostando delante. De lo contrario volverá el bucle. A cola a descansar y palo. El Yerno escucha mi sugerencia y mantiene la distancia sin cazar. Grimpeur contento porque llega solo a Olesa, desconoce que el pelotón ha consentido la escapada, sólo es una meta volante. Hasta Esparraguera vuelve la calma.



El grupo pacta ir tranquilos. En mi estado acepto encantadisimo pero una vez llegamos a la Montaña Rusa de Hostalets Grimpeur vuelve a acelerar el ritmo. Poci Lanza un ataque despiste. Arraque con mucha fuerza, un par de zetas para que no se sigan rueda y frenazo en seco. El Yerno pasa al ataque e imprime un fuerte ritmo que rompe el grupo. En cabeza sólo quedamos Grimpeur, Yerno y Groiser. En cabeza se alternan Grimpeur y el Yerno a ver que tira más yo me limito a enlazar cuando uno de los dos cambia el ritmo y el otro pierde un poco la rueda. Así un repecho tras otro hasta el tercer o cuarto repecho que a falta de unos 100 metros para coronar se escucha en la parte posterior como Grimpeur quita desarroyo. La sombra, manera por la que voy controlándolo cuando van detrás, empieza a perder distancia. El cambio inminente de pendiente llega como la campana al boxeador aturdido. Fallo mecánico, falta de fuerzas, igual los alardes camino a Olesa pasan factura.... Reservar fuerzan conociendo el terreno y viendo la bajada inminente. Nunca lo sabremos, faltaron unos cuantos metros más de subida.
LLegamos a la Rotonda de Hostalets los tres juntos. Algo más atrás llegan Flandrien y Cancellara. Más atrás Isaias, Silvia, Poci y Roberto. Todos juntos toca café rápido acompañado por toda clase de barritas.



Después de la parada iniciamos la vuelta acompañado por un viento y terreno favorable. La única dificultad la encontramos en la subida a Gelida. Me sorprendo de la facilidad con la que subo. El grupo me deja ir. Aquí queda claro que el resfriado influye pero la falta de comida ha sido lo que he me ha faltado durante la primera parte de la salida.
El resto de la salida vamos haciendo. El grupo un poco desperdigado por culpa de los semáforos. Yo con un poco de prisa, después de comentarlo con Isaias y Flandrien decido no para más. Voy acompañado con ellos y otros ciclistas que se me van al detenerme en los semáforos. Ahora me vuelvo a encontrar bien y una vez tengo el verde consigo enlazar con mucha facilidad.
Ya solo sigo tirando fuerte hacia casa, un grupo de cinco ciclista se pegan a mi rueda durante unos kilómetros. En el momento menos pensado lanzan un ataque furibundo. No se a que venía. Después de llevar más de tres kilómetros llevándolos a rueda ese cambio de ritmo superando los 50 kms/h en llano me hace daño y pierdo unos metros. Pero me han tocado el orgullo y antes muerto que sencillo. Todo puesto y a no permitir que se vayan. De los cinco sólo tira uno. Así que es el contra mi. La distancia queda estabilizada en unos diez metros durante un kilómetro y medio. Al final mira para atrás, me vé y frena. Se coloca en paralelo y dice " Estas muy fuerte ". No respondo, en cualquier otra circunstancia hubiese desistido pero me habían tocado los h..... No entiendo algunas actitudes.
Sin más llego a casa. 103 kms a 30 kms/s. Al menos la paliza ha servido para incrementar la media.



Nos vemos.

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