lunes, 26 de septiembre de 2011

Dos semanas y una Selenika

Después de la Ruta Tomás, seguimos el plan de entreno programado. Entre semana rodillo, aumentando tiempo e intensidad.
El sábado salida con el Rat Penat. Esta vez no se fue tan fuerte como la semana anterior pero el paso por Costas a la vuelta dejó batalla. Manu y un compañero se fueron en solitario. Un grupo de cuatro y yo les seguimos la estela hasta Castelldefels.



El domingo, Los Templarios estaban en la Valbuena, Sergio en Torrembarra... Así que viendo mi progresión decidí atreverme a salir nuevamente con las Ratas. Al llegar al punto de encuentro se me caían las lágrimas. Sólo estaban Carloso y Ángel. Lo primero que pensé fue en dar la vuelta antes de que me viesen y volver a la cama. Finalmente me uno al dúo e iniciamos la marcha dirección Sitges. Nada más salir Ángel imprime un ritmo elevado que ya nos saca de rueda. Por suerte se apida de nosotros y levanta un poco. Al llegar a Costas del Garraf el ritmo vuelva a aumentar. Para mi excesivo, así que viendo que no voy a poder les digo que si me descuelgo sigan sin mi. Me planteo aguantar como pueda hasta Sitges y dar la vuelta. Me sueldo a rueda y consigo llegar. Una vez en Sitges, lo que suele pasar, te envalentonas y sigo la ruta con ellos. Nos dirigimos al antiguo casino de Barcelona, esta vez consigo aguantar la subida bastante entero. En la ruta del pantano sufro un poco más. En una de las subidas pierdo ruedo, y así mis esperanzas de aguantar, pero por suerte el cambio de pendiente está a unos cientos de metros y allí consigo volver a enlazar. Reagrupamos y nos dirigimos al almuerzo en el Monjos. Decidimos seguir la rutas subiendo la Llacuna. Carloso dice que no forzará mucho, ya que acusa el esfuerzo y la caída del día anterior en una carrera. Esto me anima a seguir con ellos.
Después de llenar el estómago salimos del Monjos dirección Font Rubi. Al iniciarse la subida y a pesar de que mis compañeros no van forzando, para su nivel, yo empiezo a salir de punto. Me despido y sigo las indicaciones de Ángel. Yo pretendía dar la vuelta en busca de la nacional, pero Ángel me comenta que cinco kilómetros más arriba está el desvío a Fonto Rubi y desde allí llego a Vilafranca. Así hago. Digo adiós y quito el plato. Rápidamente mis compañeros desaparecen en el horizonte. Imprimo mi ritmo y llego a Font Rubi para volver por Begues a casa. No está nada mal 136 kilómetros a 29,7 de media y 1500 de desnivel.



La semana acabó con 344 kms. Objetivo conseguido.

Así iniciaba la semana previa a la Selenika. Decido, no se si correctamente, bajar la carga esta semana pensando en la marcha. Dejo tres días de descanso para compensar el esfuerzo de las semanas anteriores. El rodillo se limita al jueves y a una baja intensidad. La idea era rodar suave el Sábado pero el clima se encargó de impedirlo. 
El domingo empezaba a las 4:30 de la mañana. El despertador tocaba diana y me preparaba para el viaje a Navarcles. Iba sólo, los Templarios habían quedado para salir a las 6:00 y de las Ratas no sabía nada. Yo prefería salir antes, no quería repetir la experiencia de salir los últimos, bastante después de haberse dado la salida, como ya sucedió en la Gossols-Berga.
A las 6:30 llego a Navarcles. Recogida de dorsal y preparar la bici. Allí encuentro a Jordi, compañero de Ruta en Torredembarra,  y a unas cuantas Ratas. Ya me quedo con ellos hasta la salida. Me cruzo con los Templarios, ellos iban a buscar los dorsales, nosotros ya para la salida.
Así nos vemos colocados en la mitad del pelotón de salida, pasando mucho frío. 
Una vez se da la salida todos desperdigados. De las seis Ratas que nos habíamos juntado Marc y Xesco por delante, Pedro, Carlos y Benito por detrás. No muy separados. En el Kilómetro 20 más o menos me encuentro con Marc. Había caído y estaba siendo ayudado por miembros de la Cruz Roja. Paro para comprobar que todo está bien. Un esguince por lo que me dice, espero que te recuperes pronto Presi. Seguimos ruta. Voy bastante bien, así que decido pasar de largo el primer avituallamiento.


Pocos kilómetros más y empiezo a arrepentirme de no haber parado. Una ligera molestia en la espalda me dice que estoy forzando demasiado. 
Por suerte para mí, no tanto para Xesco, me lo encuentro tirado en la montaña, ha destrozado la cadena y no lleba Troncha.


Para para ayudar. Empezamos a reparar cuando llega Pedro. El lleva pasadores. Cuando ya tenemos prácticamente solucionada la averia llegan Benito y Carlos. Viendo toda la gente que nos ha pasado en este imprevisto y el tiempo perdido decidimos ir todos juntos los 70 kilómetros restantes. Estos se convierten en sesión de fotos, paradas en los avituallamientos y tres paradas más para reparar la cadena de Xesco que no aguanta.













Por suerte otro paticipante le presta un eslabón rápido para solucionar el problema. Darle las gracias, dudo mucho que hubiese podido acabar la carrera sin él.
A falta de 20 kilómetros el grupo aumenta el ritmos y nos separamos Xesco me pasa e intento seguirlo en vano. Este tramo final se convierte en una serie. No paramos de pasar participantes. Evidentemente no estamos en el lugar que nos corresponde en la marcha. Eso, y mi impaciencia me había provocado una caída sin consecuencias unos kilómetros antes. En una bajada estrecha en fila de 1 encontramos un Safety Car. O sea una participante bajando muy despacio. Después de intentar durante un buen rato pasar sin conseguirlo, me cerraba todas las puertas. Algunos piensan que van a ganar la carrera. Decido salir de la trazada buena e intentar un interior en plena curva cerrada. La monorail delantera no soporta el trabajo exigido en esa curva y pierde la tracción dando con mis huesos en la arena. La verdad, lo intenté en el peor sitio. Ahora entiendo a Fernando Alonso en el tunel de Mónaco. Por suerte ni un rasguño, perdida de 10 segundo y a seguir bajando a tope. En la primero subida adiós al coche de seguridad.
Así después de la serie de 20 kilómetros llegamos a Meta. Xesco está esperando en la recta final. Decide esperar a que pasemos todos para cruzar la meta. Una forma de agradecer la ayuda prestada. No era necesario compañero.
Dejamos las bicis y vamos al polideportivo a comer. Allí nos esperan Marc, con su maltrecho tobillo y Juan, que iba por delante y ha quedado el 20. Acabando en 5 horas.
Nosotros hemos hecho un tiempo de 7:09, paradas incluidas. Tiempo real de pedaleo 5:58. Posición 598.


Lo mejor, haber llegado entero a meta. Dudo mucho que sin habernos reagrupado hubiese llegado tan bien.
Para acabar el día una horita de coche hasta casa.
Esta semana no han caído muchos kilómetros pero no nos podemos quejar. Ahora a pensar en el siguiente reto.
Nos vemos.

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