lunes, 14 de mayo de 2012

Terre de Remençes: Algo más que una marcha.

El día 13 de mayo se celebraba la XV Terre de Remençes. Este año, no iba a ser una marcha normal. Desde hace hace tiempo, después de truncarse las esperanzas de conseguir una plaza en la Quebrantahuesos, y de muchos piques domingueros algunos decidieron batirse en duelo singular en esta marcha, una de las más bonitas del calendario. A su entender morder el polvo cada domingo no era más que qualtity training para repasar al ferroviario, en la gran gesta de Remences. Eso sí, tu pillas un pajarón de los que hacen história, de esos que te hacen volver a casa en tren, pasas a ser el Ferroviario. Así que una vez lanzado el guante lo recojo.
El día D se acercaba y mi estado de forma era bueno, aunque si en alguna salida te quedas a esperar a algún nuevo miembro que no puede mantener el ritmo, es que no llevas gasolina. Incluso días antes de la prueba más leña al fuego.
Así llegamos al domingo 13 de mayo de 2012, a las 4:15 h de la mañana suena el despertador, recogemos los bártulos y vamos al punto de encuentro para hacer el camino hasta Sant Esteve d'En Bas con Iván, David, Carloso y Alejandro.
En poco más de una hora nos encontramos estacionados con los dorsales y preparando las máquinas para la gesta. Mientras acabamos de ultimar nos encontramos con Ángel, Rocke, Jaume, Gabri... Mucho RatPenat. Un total del 17 por lo que se nos otorga un diploma a unos de los Clubs con más integrantes inscritos en la prueba. La organización perfecta. Al ir hacia la línea de salida me encuentro con los Sergios, Silvia, Poci y Mariano compañeros de Hospisport. 
Me coloco con el resto de Ratas en las primeras filas de la salida, a los pocos minutos aparece Sergio al que le hago un hueco para salir juntos. Esto en un principio es beneficioso para los dos, el puede tirar de mi en el llano y yo hacer la subida más dura. Ambos estamos hoy retados. 
A la hora en punto se da la salida. Se sale muy deprisa y se van produciendo mucho frenazos, suerte que llevo las zapatas nuevas y estas si que frenan. En alguna ocasión a más de 40 km/h he de clavar para no impactar con los de delante, llegando a cruzar la bici. Sergio lo ve en primera fila. Llegamos al primer puerto sin incidentes con una media cercana a los 40 kms/h. Empieza la subida y el ritmo sigue siendo alto. Las pulsaciones en el umbral anaeróbico. Con Sergio habíamos comentado bajar el ritmo en la subida para regular el grupo de cabeza no era el nuestro. Pero kilómetro a kilómetros vamos con la inercia del grupo para arriba. A falta de un kilómetro Sergio me dice que regula un poco, yo voy a tope pero sé que queda un kilómetro y que si consigo coronar en ese grupo, el ferroviario se monta en el tren hasta el segundo puerto. La presencia de de Ratas en el grupo me hace no levantar el pie del acelerador, últimamente estoy aguantando bien los domingos con ellos. 
Consigo coronar con ellos y a toda máquina hacia el segundo puerto. No me vale con sacar un minuto, el duelo ha empezado y desconozco lo que hace mi rival, ya que cada uno enciende el crono al pasar por la manta de salida, aunque estaba prácticamente seguro que mi único rival era yo mismo. Sergio, es el único que si hubiese corrido en el equipo contrario me podría haber puesto las cosas muy difíciles, pero por suerte  juega en mi equipo.


Inicio el segundo puerto con el grupo, el ritmo vuelve a ser elevado y el paquete se rompe en dos. Yo me quedo en el vagón de cola. Me encuentro con Ángel que ha pinchado y está con un motorista reparando. El muy bestia repara nos pasa y consigue llegar en 5:07 a meta. Si no llega a pinchar... En la subida miro un para de veces para atrás a ver si veo llegar a Sergio, el puerto no es muy duro, es de los que le va a él, pero no viene. Coronamos y a tumba abierta, nunca mejor dicho. No es como en otras marchas que cada uno baja por su lado, todo descontrolado, el grupo baja enfilado a más de 80 kms/h. Quizás por eso nadie salía de rueda. Casi sin darnos cuenta llegamos al desvío de la marcha larga y la corta. Giro a la derecha y hacía Bracons. Aquí empieza lo desconocido para mi, ya que el año anterior mi estado de forma sólo daba para hacer la corta. Pero este año es diferente. He llegado a este punto con una media de 35,8 km/h y me encuentro bien, así que a por el coloso. Empezamos a subir y ya puedo comprobar que el puerto es duro. Las coronas van subiendo por inercia. A mitad de puerto parece que se estabiliza y pienso para mis adentros, tampoco era para tanto, pero a falta de un kilómetro y medio encuentro a Alejandro junto con la mujer de Gabri animando y me dice: "aprieta ahora que vienen lo duro". Vamos que lo de antes era de broma. Pues comparado con el kilómetro siguiente sí. Hay momentos en los que no sé si seré capaz de subir sin echar pie a tierra. La gente del grupo empieza a hacer z para subir y en todo el puerto el que más se ha avanzado de los que íbamos juntos ha sido unos 300 metros. En la subida descarto para a repostar, llevo de todo en la espalda. Eso se deja para los domingos, bocadillo y cervecita aunque sea de globero, igual que los recortes en las rutas. En los días señalados se acaba non stop. 
Me lanzo para abajo. Mucho nos habían avisado de lo peligroso del descenso, y en la primera curva lo puedo comprobar. La inclinación de la carretera hace que al frenar, la trasera, pierda el agarre y la bici se cruce, lo que en plena curva de 180 º a alta velocidad provoca la aparición de dos protuberancia en el cuello. Visto que no se puede frenar toca reducir el ritmo o probar el agarre de la Victoria. Hay que decir que responden de maravilla y así en las curvas cerradas, oreja al suelo. Llevo el peso del grupo en la bajada hasta que en un cambio de rasante con un repecho bastante duro, peco de pardillo y hago la de Andy con Contador. Quito plato sin tensión en la cadena y esta se sale. No puedo ponerla en marcha y he de poner pie a tierra en pleno repecho. La coloco e intento subir. No es hasta el cuarto intento que lo consigo, ya venía un motorista a darme un empujón para poder calar. Vuelvo a lanzarme para intentar contactar con el grupo, pero es imposible. La distancia en lugar de recortarse aumenta y veo que voy a acabar haciendo parapente. Acaba el descenso y en el tramo hasta el siguiente puerto hay que ir en grupo así que viendo que no llego a los de delante espero a que me cojan por detrás. Llegan cuatro compañeros  y nos entendemos bien, preguntan si he visto algún grupo cerca y les comento que a un par de minutos hay unos intentamos cazar, incluso llegamos a verlos bastante cerca pero cuatro contra el grupo no tenemos nada que hacer y hemos llegado al último puerto. Aquí empiezo a marcar ritmo y me comentan que son unos 20 kilómetros de subida, con alguna rampa del 8%. Miro atrás y me he ido un poco decido bajar el ritmo e ir con ellos, son muchos kilómetros para aventuras, y tal y como he ida hasta ahora si no hay pájara la minutada está garantizada. Durante la subida vamos a relevos, un par de integrantes intentan saltar del grupo lo que hace que se aumente el ritmo y hagan ellos la parte final a muy buen ritmo. En las zonas donde se puede ver el resto del puerto busco la presencia de grupos perseguidores. Este es el terreno de Sergio y si se ha metido en un grupo seguro vendrá recortando pensaba. Una vez parece que se ha coronado falso llano y vuelta a subir. Aquí el ritmo es elevado todo el puerto a plato. Pregunto cuando queda de subida, pero nadie lo sabe así que toca aguantar. Unos kilómetros más arriba por fin acaba el sufrimiento. Empieza la bajada final hacia meta. Esta vez con buena carretera, lo que hace que las velocidades vuelvan a ser muy altas.
Al final llegada a meta con :


OBJETIVO CUMPLIDO.

Al llegar a meta veo a Sergio, me comenta que venían lanzado en persecución y su grupo giró para la corta, cuando se dio cuenta era demasiado tarde. Lástima probablemente podría haber contactado y haber entrado juntos en meta. Silvia ha sufrido una caída sin consecuencia. Los dos han hecho un muy bien tiempo en la marcha corta. Sergio Cancellara también ha acabado la corta en menos de tres horas. Si comparamos las horas que dedica cada uno a entrenar lo suyo es un tiempazo. Al igual que Poci que ha sido el GANADOR de Hospisport en la marcha larga, yo cuento como Rata. Enhorabuena. Y también felicitar a Mariano, por tener los "cojones" de picar y picar y picar y volver a picar aún sabiendo que en condiciones normales le iba a caer la del pulpo. Y aún así pica que te pica y vuelve a picar, incluso el día antes de la marcha. Y sobre todo por haber leído la crónica hasta el final. Hay que caerse para poder levantarse con más fuerza. Yo un día cogí el tren y ahora soy groiser EL FERROVIARIO. Espero que te recuperes pronto y vuelvas a sacar punta al bolígrafo para relatar tus crónicas de sangre. Y cuidado que igual alguno te devuelve los prismáticos pronto.

Nos vemos!!!





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