domingo, 13 de marzo de 2011

El hombre del tiempo acertó

La semana había empezado muy bien, como os conté en la entrada anterior el lunes, Sergio y yo nos hicimos unos 71 km. Por desgracia no siguió la progresión. Por unas y otras razones, entre las que se incluye un importante resfriado no he podido tocar la bici hasta esta mañana.
El sábado, estaba bastante perjudicado, con una tos de ultratumba, pero estaba decidido a salir. Los que hacemos ejercicio sabemos que no hay mejor forma de dejar atrás un resfriado que realizando una salidita. No queda ni rastro de moco en los pulmones, si llegas vivo a casa. Al sonar el despertador las previsiones meteorológicas para la zona se habían cumplido. Estaba cayendo bien y no era cuestión de salir con el trancazo que arrastraba, así que media vuelta y a la cama a descansar.
El resto del día en casa, no era plan de salir en las condiciones en las que me encontraba. Sólo abandoné la guarida para comprar unos antigripales ya que la cosa iba en aumento. Comprobando el parte meteorológico parecía que el domingo se podría salir. La lluvia cesaría a las 2:00. En cambio si mirábamos por la ventana no podíamos ser muy optimistas. A las 00:00 continuaba lloviendo.
A las 6:20 suena el despertador, y sorpresa, la previsión se ha cumplido. A vestirse rápido y al punto de encuentro.
La teoría decía que hoy tocaba sufrir. Al paso por costas el ritmo se acelera y empiezan los problemas, las piernas queman y lo peor, la tos me impide respirar, parezco un caracol. El grupo se parte y me quedo en el segundo vagón. La distancia se va manteniendo y parece que puedo respirar un poco mejor por lo que aprieto y en unos kilómetros consigo enlazar. Poco durará la alegría. Un coche se interpone entre el grupo,  un compañero y yo. Distancia suficiente para no poder coger rueda en el acelerón definitivo después de Vallcarca. Aquí empiezan las dudas. La cabeza me dice que de la vuelta y vuelva a casa, ya vendrán tiempos mejores. Al llegar a Sitges espera para reagrupar. Al parar vuelve la tos incesante. Hago caso omiso y prosigo la ruta. Llegamos al punto de parada sin problemas, eso sí todo el día a rueda. Algunos no paran y deciden emprender el regreso a casa.
Después de recargar pilas empezamos la subida a Font-Rubi. El ritmo es muy intenso y cuesta seguir la rueda de Carloso que nos lleva a todos con el gancho. Una vez llegamos a Guardiola de Font Rubi, aún quedan 9 kilómetros exigentes. el ritmo de Carloso destroza el grupo y para rematarlo, Juan Carlos entra al relevo dejando sólo a 5 integrantes en el grupo de cabeza. A duras penas pero aguanto con ellos. Pasamos a un pelotón de ciclistas, dos de ellos entran al trapo y se colocan a rueda. Instantes después pasan a la cabeza del grupo acelerando el ritmo. Su esfuerzo no fructifica y las cinco ratas seguimos a rueda. Carloso decide poner las cosas en su sitio y vuelve a tensar la cuerda, conseguimos aguantar Juan Carlos, Ángel y Yo. a los pocos metros viene Gabriel. Así sufriendo vamos devorando kilómetros y en el momento justo cuando iba a desistir llegamos a la cima. Bajada regenerativa y a esperar al grupo.
Una vez todos juntos emprendemos camino dirección Vilafranca. El terreno pica hacia abajo y a velocidad es alta. Llegamos a Avinyonet sin problemas. Desde aquí hasta Begues vuelven las escaramuzas. Carloso y Juan Carlos siguen con su lucha particular, lo que hace que los demás vayamos con la lengua fuera. La velocidad en este punto supera los 32 km/h y vuelve a cortar al grupo. Volvemos a quedar Ángel, Gabriel y yo intentando mantener las embestidas de los dos fieras. A las puertas de Begues ataque descomunal de Carloso, al que responde Juan Carlos  que no logra coger rueda y se mantiene a unos 25 metros. Por detrás los antes mencionados a unos 50 metros de Juan Carlos. Ángel asume la responsabilidad de la caza. Yo bastante tenía con ir ahí. Finalmente Carloso desiste y en la variante de Begues nos reagrupamos. Pero al empezar la pequeña subida inicial Juan Carlos inicia otro arreón. Unos kilómetros después volvemos a enlazar velocidad de crucero por la variante de 44 km/h y eso que pica para arriba. Iniciamos la bajada todos juntos. El tráfico impide que nuestra velocidad sea superior, dirijo el grupo en la bajada sin intención de irme sólo. No queda bien ir todo el día a rueda y al final irme. Así que simplemente me dejo ir. Llegamos todos juntos al final y esperamos al resto del grupo.
Una vez todos juntos a casita. Hoy era un día para sufrir, mis condiciones de salud no eran las idóneas tos, tos y más tos. En cambio he aguantado en cabeza toda la ruta a ritmos bastante elevados.
Así que ¿Qué llevarán los antigripales?

Al final unos 226 kms esta semana. Aunque no se ha conseguido superar los 250 kms es para estar contento si tenemos en cuenta que sólo hemos podido salir dos días.
A ver si la semana que viene es más productiva.

Nos vemos.

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